En
2003 China colocó su primer astronauta en el espacio y desde entonces
no ha cesado de avanzar en su programa espacial, que incluye lanzamiento de
satélites, una estación espacial, naves no tripuladas a la luna y, ahora, la
construcción del radiotelescopio más grande del mundo, el “Ojo del Cielo”.
¿Recuerdan
las primeras escenas de Contacto, aquella película basada en una novela de Carl
Sagan y en la que Jodie Foster
personifica a una astrónoma que se topa con una señal de vida extraterrestre
captada por el radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico)? En aquel momento, con
sus 350 metros de diámetro, el de Arecibo era el radiotelescopio más grande del
mundo, pero ya no es así, ahora lo es Tianyan, que traducido del mandarín vendría a ser “el Ojo
del Cielo”.
Este
radiotelescopio, construido en el condado de Pintang (provincia de Guizhou),
durante un lapso de cinco años y con un costo aproximado de 160 millones de
euros, es denominado oficialmente Radiotelescopio de Apertura Esférica
de Quinientos metros (FAST, por sus siglas en inglés),
precisamente porque tiene un plato de 500 metros de diámetro, formado por 4.450
paneles y en el que podrían caber 30 canchas de fútbol.
En
palabras de uno de los científicos chinos de este proyecto, Nan Rendong,
un radiotelescopio es “como un oído muy sensible, que escucha y
distingue mensajes de radio significativos del ruido blanco del universo”;
y agregó: “es como identificar el sonido de las chicharras en una
tormenta de truenos”.
Para
garantizar el funcionamiento adecuado de este extraordinario equipo, se debió
crear un “área de silencio” de 5 kilómetros alrededor del observatorio,
para evitar interferencias electromagnéticas, y fueron evacuadas más de 8.000
personas, trasladadas a un complejo de edificios en una ciudad vecina.
Es
probable que, por las próximas dos décadas, el Ojo del Cielo sea el
radiotelescopio más grande del mundo, y entre sus objetivos estarían la
búsqueda de vida inteligente extraterrestre, el estudio de las ondas
gravitacionales, y la exploración de rincones distantes del universo hasta
donde todavía no hemos llegado con esta clase de equipos.
Durante
los dos primeros años, el radiotelescopio será usado exclusivamente por
técnicos y astrónomos chinos, pero luego se integrará a la red de
observatorios mundiales que indagan e intentan comprender los secretos
del universo.
Para
la contemplación de esta maravillosa estructura, el gobierno chino construyó un
parque astronómico, a unos 10 kilómetros de distancia del Ojo del Cielo, para
recibir diariamente a unos 2.000 turistas nacionales y de otros rincones del
mundo, que tendrán que apagar sus celulares para aproximarse al Ojo del Cielo.
Apagar sus oídos artificiales para poder escuchar desde el oído más poderoso de
nuestro planeta. ¿Te animarías a ir?
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Definitivamente este radiotelescopio es un gran avance para la humanidad.
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